viernes, 20 de julio de 2012

Adoración

No me dejes de sonreir.
Que tus manos  sigan empujando mi espalda,
que tus labios tibios sigan respirando en mi nuca.

Ilumina los senderos que mi sangre conoce de memoria
y que sus manos frías ahuyenten los males que el tiempo susurra.

Quédate conmigo.
Quédate en la piel que haces marchita, quédate en los cantos
 y nuestros brazos intentando tocarte.




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